El cuerpo funcional y el cuerpo estético

Es importante encontrar una relación con el cuerpo más allá de lo estético, que no esté relacionada con las exigencias, el perfeccionismo y la autocrítica. En su lugar, incluir la compasión, el buen trato y construir un diálogo mucho más amable con uno/a mismo/a.

En ese sentido, el movimiento body positive ha hecho mucho bien en nuestra sociedad, pero también está poniendo mucha exigencia: nos tenemos que aceptar y querer, pero quizás ese momento no llegue nunca. Siempre va a haber algo. Puede que un día me levante y mi cuerpo no me guste porque también está muy relacionado con lo emocional.

Si no tenemos en cuenta eso, que según nos sintamos nos vamos a ver, nunca vamos a alcanzar ese ideal porque la vida tiene dificultades y nos va a vapulear continuamente: o estamos bien o no nos vamos a ver bien nunca. Remarcar también que aunque no nos gustemos, no significa que no nos tratemos bien ni con respeto. Es necesario trabajar la ambivalencia y la frustración.

Lo que se ha construido dentro nuestro son esas voces críticas y exigentes que nos han servido primeramente para sobrevivir, pero después son las que nos destruyen. Necesitamos cambiar esa voz, comenzar a tratarnos bien. En lugar de decir: «qué fea estás hoy» puedo reconocer que me estoy sintiendo mal, que tengo tristeza o tengo rabia o miedo. Ese es uno de los cambios, reconocer como me siento y no construir un pensamiento destructivo hacia mi o hacia otros.

De esta forma, conectamos más con el cuerpo funcional y no solo con el cuerpo estético. Me conecto, me disfruto y me cuido.

¿La talla que tienes te impide hacer cosas que estás esperando para cuando adelgaces? ¿Tienes una distorsión con tu imagen corporal y no quieres salir a la calle hasta que no te operes? ¿Tu nariz te está impidiendo hacer lo que tu quieres hacer que es respirar? No. Tu cuerpo es mucho más de lo que estás poniendo en esa apariencia, el cuerpo te permite mucho más.

Desde el punto de vista del ejercicio, nos han inculcado que sirve solamente para perder peso y en realidad, el ejercicio físico además de que es un ansiolítico muy potente, nos permite trabajar la funcionalidad. Algunos pacientes dicen: “odio hacer deporte, no voy a hacer deporte en mi vida”, pero si les preguntamos ¿Qué persona mayor quieres ser? ¿Quieres ser autónoma? ¿Subir y bajar escaleras? ¿Llevar la bolsa de la compra? Pues ahí está la funcionalidad. Y es lo que prima antes que la estética.

El cuerpo funcional está conectado con el autocuidado y la salud. Hay prácticas como el Yoga que son muy saludables porque trabajan no solo con el cuerpo externo sino también con el interno. En sentido contrario, en general, en un gimnasio se suele ver la búsqueda de un cuerpo externo y no el trabajo desde dentro.

Son prácticas que van más hacia el embodyment, habitar el cuerpo, entender al cuerpo como una brújula que nos va dando señales de cuando algo nos hace bien o cuando no. El autocuidado también pasa por cuidar las relaciones, cuidar el sueño, la alimentación, pero no cuidar lo que comemos desde lo que nos dicen los gurúes sino sentir qué me hace sentir mejor.

Es necesario ver las señales corporales y no huir de ellas. La idealización de estar bien es una huida, es irme a un sitio donde algo se calma, pero no estoy con lo que me pasa.

El malestar con la imagen corporal manifiesta o comunica o expresa un malestar emocional. Lo importante es ir a ahí y ver lo que está pasando.

(Foto: Cortesía de Huha Inc)

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