Cada 3 de diciembre, el mundo celebra el Día Internacional de las Personas con Discapacidad, una fecha para promover los derechos, el bienestar y la inclusión de las personas con discapacidad en todos los aspectos de la sociedad. Sin embargo, en este día también es crucial reconocer el papel fundamental de quienes cuidan y acompañan en el día a día a estas personas: madres, padres, familiares, profesionales y otros cuidadores.
El cuidado de una persona con discapacidad conlleva un desgaste físico, emocional y psicológico. Según diversos estudios, los cuidadores tienen mayor riesgo de padecer estrés crónico, ansiedad, depresión y otros problemas de salud relacionados con la sobrecarga de tareas y la falta de tiempo para ellos mismos.
Es común que quienes cuidan sientan que siempre deben estar disponibles, lo que en algunas circunstancias lleva a relegar sus propias necesidades. La psicología humanista nos invita a mirar esta realidad desde una perspectiva compasiva y equilibrada: cuidar de los demás es importante, pero cuidar de uno/a mismo/a es esencial para poder seguir ofreciendo ese amor y apoyo.
El autocuidado: una prioridad
El autocuidado es una herramienta indispensable para poder cuidar mejor. ¿Cómo podemos dar si nuestra propia “vasija” está vacía?
- Aceptar ayuda: permite que otras personas colaboren, ya sea en tareas prácticas o simplemente para ofrecerte un espacio de descanso.
- Poner límites: es esencial aprender a decir «no» o delegar cuando las demandas superan tus posibilidades físicas o emocionales.
- Practicar la autocompasión: permítete sentir y aceptar tus emociones, incluso las más difíciles como la frustración o el cansancio.
- Crear espacios para ti: dedica tiempo para las actividades que te nutran o simplemente descansar.
- Buscar apoyo: hablar con otros cuidadores o con un profesional de la psicología puede ayudarte a procesar tus experiencias y encontrar herramientas para enfrentar los retos diarios.
El Día Internacional de las Personas con Discapacidad no solo nos invita a reflexionar sobre los derechos de las personas con discapacidad, sino también sobre la importancia de construir una sociedad más solidaria y compasiva. Esto incluye visibilizar y apoyar a los cuidadores, quienes muchas veces trabajan en silencio, pero cuya labor es crucial para el bienestar de quienes cuidan.
Todas las personas somos interdependientes.