Disfrutar de las comidas navideñas sin culpa

En esta época del año, la mayoría de las familias suelen preparar menús tradicionales que van pasando de generación en generación. Salvando las diferencias de lo que se suele comer en cada casa, las culturas y la disponibilidad económica, lo que sí suele ser una constante es la cantidad, normalmente excesiva. Sin darnos cuenta, hemos normalizado que celebrar significa comer y beber, cuanto más, mejor.

El motivo de esta conducta se puede encontrar en la historia, pero tendríamos que remontarnos a una época muy lejana, de la que ya poco queda en estos tiempos. Hoy el escenario es totalmente diferente, la disponibilidad y la oferta de productos alimenticios es tremendamente variada. En estos momentos, la abundancia pasa a ser un “regalo envenenado” algo que, siendo una suerte, no sabemos gestionar y termina pasando factura física o emocionalmente.

Tal vez, una manera de empezar a trabajarlo es mirar a dónde ponemos el foco en estas Navidades. ¿es realmente tan importante la comida para ti? Y si la respuesta es sí, que puede serlo, ¿qué es lo que realmente importa de ella?, ¿qué sea tan abundante y excesiva?, ¿qué haya ciertos alimentos que te recuerdan a algún familiar o a tu infancia?, ¿qué esté preparada con mimo y cariño? O por el contrario, ¿que no suponga ningún esfuerzo para ninguno de los comensales? Claro que ese puede ser también un objetivo, desligarse de la preparación, comprarlo todo hecho y centrarse solo en el disfrute. Aunque así fuera, seguramente la cantidad y el exceso no pintan nada…. Hay muchas preguntas que nos podríamos hacer para resignificar la comida en esta época.

Esto nos puede llevar a la reflexión de cómo quiero celebrar las Navidades, qué es lo importante para mí en estas fechas. Más allá del significado religioso, puede que descubramos que es un momento en el que más que poner el foco en la comida podemos hacerlo en otros aspectos como la desconexión, el descanso, el reencuentro con seres queridos, el ambiente navideño, el tiempo libre, si lo tienes … y de esa manera podamos descubrir como queremos vivir y transitar las navidades y qué lugar ocupa la comida en ello.  

De esa manera, seguramente el malestar físico derivado de los excesos y la culpa desaparezcan. Esto es un trabajo que hacemos poco a poco desde el enfoque de la psiconutrición, pero te animamos a que este año te preguntes ¿cómo quieres celebrar tus navidades? Puede que, en esa respuesta, esté el inicio de este trabajo personal.

¿Qué opinas? ¿Crees que en tu familia se le da demasiada importancia a la comida? ¿ Cómo manejas los excesos? ¿Das por hecho que en Navidades vas a coger peso?

(Foto: Cortesía de Brooke Lark)

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *