Mientras pienso, no siento

A partir del diálogo que estamos teniendo sobre la aceptación corporal en el equipo del Centro Terapéutico Gaztambide17, hemos hablado de la propiocepción. El cuerpo siente, expresa y si no se acompaña y nombra lo que está expresando, puede ser una fuente de rechazo.

El cuerpo puede decir: “no entiendo lo que me está pasando dentro”. Quizás lo que está sintiendo tiene que ver con el enfado o la tristeza y tiene derecho a estar triste o llorar por lo que ha pasado. El cuerpo está siendo una fuente de conflicto porque siente cosas que su entorno no sabe leer, recoger y entender. Hay una sensación de vergüenza y de culpa hacia el cuerpo.

Por ejemplo, un/a niño/a que no puede ver la televisión porque sus padres no se lo permiten, y llora y patalea y no hay un entorno que le diga: “veo que estás enfadado, lo que tu estás sintiendo es enfado”. No hay un acompañamiento desde una crianza respetuosa. El/la niño/a está expresando cosas que el entorno rechaza, entonces aprende a cohibirse de expresar lo que siente, pero el cuerpo lo sigue sintiendo. El cuerpo va a seguir respondiendo, pero al final se produce una disociación con el cuerpo sintiente.

Para matizar un poco, no solo se le tiene que ayudar a expresar lo que le está pasando sino también ejercer la función reguladora que tienen los padres. En esa regulación de las sensaciones corporales con la contención, la escucha, al niño/a le sirve para aprender a sentir el cuerpo de una forma que el pueda auto-regularse.

Mientras pienso, no siento. Si hay mucha rumia, mucha comparación, nos centramos en el tamaño, las formas, no siento ni pienso en otras cosas.

En concreto en el actual modelo educativo, lo que se prima es pensar, no sentir, todo lo que sentimos lo transformamos en un pensamiento. Las personas perdemos el contacto interno con nuestra emoción y nuestra corporalidad. 

A veces, centrarnos en todo lo que tiene que ver con la imagen corporal y la comparación es una forma de desviar y no tener regulación emocional, que surge también cuando han habido traumas. Me centro en lo corporal, no pienso en lo triste que estoy, o en los cambios que tengo que hacer en mi vida.

(Foto: Cortesía de Patrick Perkins)

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