Las ocho necesidades relacionales principales

“Todas las circunstancias de la experiencia humana ocurren en el contexto de la relación”

(Erskine & Moursund, 2004)

Desde el Centro Terapéutico Gaztambide17, este verano queremos compartir contigo las ocho necesidades relacionales principales, descritas en la teoría de la Psicoterapia Integrativa Relacional, aunque queremos resaltar como se refieren a ellas Richard G. Erskine y Janet P. Moursund en el libro “Arte y ciencia de la relación: la práctica de la psicoterapia integrativa” (2004)

1- Seguridad

La primera de ellas seria, la seguridad. Sentimos seguridad en una relación cuando esta es vivida sin juicio, sin critica, sin miedo a ser dañados.

En cualquier relación, las personas tenemos que sentirnos seguras. La seguridad relacional necesita más que la confirmación verbal: consiste en la experiencia de que se respetan y protegen nuestras vulnerabilidades, de que se aceptan nuestras necesidades y sentimientos como seres naturales y humanos y de saber que no seremos agredidas ni humilladas si cometemos un error.

La seguridad es una necesidad fundamental en cualquier relación, ¿estás de acuerdo? ¿Te sientes juzgada? ¿Sueles criticar o juzgar a las otras personas?

 

2- Valoración/ Validación

La segunda necesidad relacional principal a la que se refieren Richard G. Erskine y Janet P. Moursund es la valoración y/o validacion. Quienes somos tiene un valor y un significado.

La necesidad de ser valorado resulta imprescindible en cualquier relación. Valorar también es un tipo de validación, una forma de ser aceptadas, que desde luego es primordial en cualquier relación. La valoración también incluye el propio proceso psicológico de validar el funcionamiento interno de cada persona. No solo lo que hacemos, sino por qué lo hacemos, es clave para este tipo de valoración.

¿Te sientes valorado por ti mismo? ¿Y por tus relaciones principales? ¿Valoras las relaciones con los demás? ¿Cuidas y respetas a otras personas?

 

3- Aceptación

La tercera necesidad relacional principal a la que se refiere Richard G. Erskine y Janet P. Moursund es la aceptación: necesitamos apoyo, protección y orientación de alguien confiable.

Gracias a la aceptación nos sentimos amadas y respetadas, y sentimos que formamos parte de la vida de la otra persona. Es un tipo de aceptación que nos permite sentirnos protegidas y cuidadas por alguien cuya protección y cuidado se consideran confiables y seguros.

Cuando nos aceptamos a nosotras mismas, también nos sentimos más seguras, sin miedo al rechazo o al juicio.

¿Te sientes aceptada por otras personas? ¿Te aceptas tu a ti mismo? ¿Aceptas y apoyas a las otras personas?

 

4- Experiencia compartida/ Mutualidad/ Reciprocidad

“Ser humano significa estar en constante relación con otros seres humanos, en la realidad o la fantasía”.

La cuarta necesidad relacional es la mutualidad, la experiencia compartida, la necesidad de estar con alguien que ha vivido una situación similar, que entiende lo que la personas está experimentando. La mutualidad da profundidad a la aceptación y a la valoración. La otra persona puede ponerse en mi piel, entiende lo que quiero transmitirle.
Parte de esta necesidad nace de no tener que explicar todo, de ser comprendido sin palabras.

¿Te pones en la piel de los demás? ¿Sientes que las personas con las que te relacionas y se ponen en tu lugar? ¿Hay reciprocidad?

 

5- Autodefinición

La autodefinición es la quinta necesidad relacional principal a las que se refiere Richard G. Erskine y Janet P. Moursund: la otra persona reconoce y acepta mi autentica y única forma de ser, mi singularidad.

La autodefinición supone poder expresar la propia singularidad y hacer que la otra persona reconozca y valore esa peculiaridad. Es el complemento de la necesidad de la mutualidad. Necesitamos sentirnos únicas y también que se nos reconozca y acepte en las diferencias y desacuerdos. Al apoyar la individualidad de la otra persona se fortalecen las relaciones.

¿Puedes expresarte libremente? ¿Te sientes respetada? ¿Apoyas la individualidad de las otras personas?

 

6- Hacer impacto

Quizás alguna vez hemos planteado una pregunta, hemos hecho algún comentario, expresado un sentimiento o una emoción y no hemos obtenido respuesta. Un aspecto fundamental de toda relación significativa es la capacidad de provocar un impacto sobre la otra persona, esta es la sexta necesidad relacional principal. Implica que atraemos la atención del otro y se interesa por mí. Lo que mostramos interesa y se tiene en cuenta.

¿Te sientes tenida en cuenta? ¿Muestras interés en lo que te expresan las otras personas?

 

7- Que la otra persona tome la iniciativa

La psicoterapia integrativa enfocada en la relación afirma que ninguna acción humana puede estar libre de relaciones. Incluso la ausencia de relación puede tener sentido solo cuando se contrasta con la relación.

La séptima necesidad es que la otra persona tome la iniciativa. Una relación en la que la misma persona siempre hace el acercamiento inicial con el tiempo puede volverse insatisfactoria o dolorosa. La persona se acerca hacia mi sin tener que pedirlo.

Necesitamos que nuestros seres queridos se comuniquen de una forma que reconozca y valide nuestro lugar para ellos.

¿Te suele pasar que tomas siempre la iniciativa? ¿Cómo te sientes? ¿Lo has comunicado a las personas que te rodean? ¿Te das cuenta cuando es el otro el que toma siempre la iniciativa? ¿Haces algo para cambiar la dinámica?

 

8- Poder expresar afecto

Poder expresar nuestros sentimientos es la última necesidad relacional principal a la que se refiere Richard G. Erskine y Janet P. Moursund. En esta relación se puede expresar amor, afecto, estima y aprecio.

En una relación segura, las personas expresan afecto y estima y en las más estrechas, amor y entrega. No expresar los sentimientos es apartarse y negar la experiencia interna y también evitar la autodefinición dentro de la relación.

¿Te sientes cuidada y querida? ¿Te lo expresan abiertamente? ¿Cuidas y expresas afecto y aprecio a las personas queridas?

A lo largo de nuestra vida experimentamos la necesidad de una relación y dentro de estas relaciones experimentamos necesidades relacionales. En la medida en que se reconocen estas necesidades nuestras relaciones pueden ser saludables y originar un crecimiento. Cuando no se cubren, nuestras relaciones se debilitan, se tornan frívolas incluso generándose además una menor capacidad para satisfacer nuestras necesidades.

 

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