La personalidad depresiva

Cuando observamos la psicología humana, vemos que todas las personas tenemos un estilo de personalidad, una forma de ser y de afrontar la vida y relacionarnos con nosotr@s mism@s y con los demás. Todos tenemos ciertos patrones de funcionamiento, formas de regulación y mecanismos de defensa preferidos y repetitivos. Estos estilos tienen que ver no solo con el temperamento con el que nacimos, sino con nuestra historia familiar y personal, con las circunstancias que hemos vivido y los recursos con que hemos podido contar para afrontarlas.

Pueden ser más o menos problemáticos o patológicos en función de su rigidez o flexibilidad. Pueden manifestarse sólo en momentos de estrés o de forma más recurrente en ciertos momentos para unas personas, o estar presentes la mayor parte del tiempo para otras.

Uno de estos estilos de personalidad es la que llamamos personalidad depresiva, y de la que a día de hoy se habla sobre todo en la literatura psicoanalítica. Se refiere a una manera de ser, pensar, sentir (emociones y sensaciones), imaginar y estar en el mundo, de hacer sentido de nuestras vivencias, que es melancólica y en la que la persona tiende a ir en contra de si misma. No es equivalente al estado clínico de depresión, que se refiere a episodios de cierta duración en el tiempo en el que el ánimo está muy bajo, y en los que suele darse una alteración de patrones de apetito, sueño, dificultad para el disfrute y poca energía vital. Una persona puede tener un estilo de personalidad depresiva y no experimentar un episodio depresivo a lo largo de su vida.

La observación clínica y estudio de la psicología a través de los años ha mostrado que en un alto porcentaje, la personalidad depresiva ha estado influenciada por una pérdida temprana en la historia de la persona (evidente y explícita o interna y subjetiva). También puede haber estado condicionada por un estilo familiar en el que se desestimulaba la sana dependencia durante el crecimiento, o en el que no se daba un acompañamiento respetuoso y seguro que permitiera el hacer duelos sobre las pérdidas que inevitablemente vivimos.

Otro aspecto a menudo presente en la vida de las personas con estilo depresivo, es que una de las figuras de apego tempranas haya estado significativamente deprimida durante su infancia. Es como si desde el pensamiento mágico y auto-referencial característico en la infancia, ese niño o niña llegase a la conclusión profunda de que algo en el o ella hubiese generado la pérdida o no disponibilidad de mamá o papá.

Características de la personalidad depresiva

  • Tienden a dirigir la rabia y el malestar contra si mism@s, no hacia los demás;
  • Les es difícil poner límites que protejan su bienestar;
  • Suelen tener un diálogo interno muy auto-critico;
  • Suelen experimentar una sensación de vacío o de hambre emocional;
  • Suelen tener una creencia profunda: “hay algo mal o dañino en mi”;
  • La tristeza, la melancolía y el sentimiento de culpabilidad suelen estar muy presentes;
  • Suelen ser personas que se muestran generosas, sensibles y dispuestas a comprender los errores de los demás, a la vez que se juzgan duramente por sus propios fallos;
  • Suelen estar disponibles para ayudar a los demás y a participar en actividades filantrópicas;
  • Suelen experimentar miedo a ser abandonad@s.

 

Las personas con este tipo de personalidad suelen beneficiarse de procesos de psicoterapia profunda, en donde experimenten la disponibilidad, el respeto y el cariño del/a terapeuta, y cómo est@ se mantiene en el tiempo a pesar de los posibles desencuentros y separaciones. Donde experimenten que ni su rabia por las separaciones, ni la expresión de sus necesidades relacionales tienen el poder de dañar el vínculo terapéutico.

En Gaztambide 17, desde nuestra perspectiva humanista, integrativa y relacional, ofrecemos un espacio en donde las personas que tienden a funcionar de esta manera pueden vivir un proceso de transformación de sus creencias y patrones antiguos. En el que poco a poco pueden ir aprendiendo a amarse, escucharse y cuidarse, y en el que van generando una mejor relación con sigo mism@s y con los demás.

Si tienes dudas sobre cualquier aspecto y cómo podríamos ayudarte, puedes escribirnos a info@gaztambide17.com sin ningún compromiso.

Carolina Posada, psicóloga y psicoterapeuta.
(Foto: Eric Ward)

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *