Hay personas a las que les sirve ponerse como punto de partida el comienzo de un nuevo año para hacer cambios en su alimentación. Lo cierto es que, si eso les sirve de motivación y los cambios van a ser a mejor, bienvenido sea el propósito, pero realmente no hace falta que sea día 1 del primer mes de un año para hacer esos cambios.
Las mejoras en la alimentación, si es que las necesitamos, las podríamos y deberíamos hacer en cualquier momento y cualquier día de la semana, no necesariamente un lunes como dicta la tan nociva cultura de dieta.
¿Qué alimentos o que cambios deberíamos proponernos de forma general?
La recomendación general va a estar basada en aumentar el consumo de alimentos frescos, lo menos procesados posibles, pero atendiendo siempre al concepto de flexibilidad para cuidar nuestra relación con la comida y nuestra salud mental, además de la física.
También es importante que no perdamos de vista el objetivo del que os hable hace un tiempo de cuidar el medio ambiente evitando el desperdicio alimentario y consumiendo alimentos de temporada y de cercanía.
¿Qué bebidas debería excluir o evitar en mi dieta?
Es muy importante atender también a lo que bebemos. La recomendación va a ser priorizar el consumo de agua del grifo, tanto como acompañamiento de las tomas como entre comidas, intentando evitar o vigilando la frecuencia de consumo de las bebidas alcohólicas y/o azucaradas.
¿Qué tipo de proteínas es conveniente incluir?
Un propósito u objetivo interesante sería el de reducir el consumo de proteínas de origen animal y potenciar o aumentar el de las de origen vegetal. De esta manera le damos protagonismo a un grupo de alimentos muy interesante desde el punto de vista nutricional como son las legumbres y los derivados de ellas cuya frecuencia de consumo tiende a estar por debajo de la recomendación que es entre 3 y 4 días a la semana.
¿Qué tipo de hidratos son los más saludables?
Respecto a los hidratos de carbono, lo ideal sería elegir fuentes de hidratos de carbono complejos como tubérculos, frutas, verduras legumbres y cereales, estos últimos preferentemente integrales, ya que la presencia de fibra aumenta su valor nutricional y es un nutriente que tiende escasear en la alimentación de la población general.
¿Y si hablamos de grasas?
Con las grasas, propongo, primero, quitarles la etiqueta de malas malísimas y entender que son muy necesarias porque cumplen funciones muy importantes en nuestro organismo. Hemos de priorizar el consumo de grasas saludables como las que encontramos en el aceite de oliva, los frutos secos, las semillas, los pescados azules el aguacate y las aceitunas. Como primer paso, podríamos revisar que tipo de grasas estamos consumiendo y revisar si es necesario plantear un cambio en este sentido.
Si tienes pensado hacer cambios en tu alimentación en este nuevo año, te recomendamos que te pongas en manos de dietistas nutricionistas o Técnicos Superiores en Dietética colegiados.
En Gaztambide17 te acompañamos en este proceso, adaptando la pauta a tus necesidades, gustos y objetivos individuales de forma que puedas mantener esos cambios en el tiempo a la vez que desarrollas una buena relación con la comida y cuidas de esa manera no solo tu salud física sino también mental.
¡Te esperamos en cualquier época del año! ¡Feliz 2022 (con o sin nuevos propósitos)!
Mariana Álvarez
Dietista-nutricionista
Nº col: MAD00341
(Foto: Dan Gold)