La distorsión o la insatisfacción corporal es la diferencia o la distancia que existe entre el yo percibido y el yo ideal, cómo me percibo y cómo percibo el ideal.
¿Qué podemos hacer? Hay argumentos temperamentales que tienen que ver con el perfeccionismo y con la autoexigencia y hay asuntos sociales que son los que hay que cuestionar como sociedad y como terapeutas porque hay toda una industria que vive gracias a nuestra disparidad entre el yo percibido y el yo ideal. Se están poniendo cada vez más unos estándares rígidos y difíciles de alcanzar para lucrarse con ellos.
Es un proceso que se retroalimenta. Nuestra mente crea un yo ideal diferente al percibido. Entonces nuestra mente piensa: si estuviera más delgada o tuviera los ojos azules, o si mis brazos fueran más fuertes, entonces obtendría atención, reconocimiento, sería más atractiva, más deseable, con lo cual me sentiría yo más segura.
Construimos la posibilidad de tener relaciones a partir de una imagen. También de allí viene la carencia, de relaciones en las que no ha habido seguridad, aceptación, amor… Creemos que si tenemos ese cuerpo o esa imagen corporal ideal entonces se van a cubrir nuestras necesidades relacionales y vamos a ser felices.
Ese ideal va acompañado de una serie de expectativas, de logros y de éxito cuando no es así. Si se logra algún día y no ha habido otros cambios alrededor, personales, de trabajo, se va a seguir sintiendo la misma insatisfacción.
De ahí muchas veces viene la insatisfacción con la imagen corporal, con los trastornos alimentarios, por mucho que se adelgace, no se llega al ideal. O estas personas que no paran de operarse hasta desfigurarse y que nunca llegan a ese ideal porque en el fondo lo que hay es una serie de insatisfacciones que se están poniendo como objetivo en ese ideal, pero como no se trabaja lo que hay detrás nunca se logra ese ideal.
En términos de las necesidades relacionales satisfechas, perder peso para tener un cuerpo “x” porque me he sentido aceptada, valorada, amada, y me he sentido segura en la relación, con lo cual no tengo necesidad de tener un cuerpo diferente al que tengo. El que tengo, me vale.
Para poder aceptarnos como seres humanos tuvimos que haber recibido aceptación externa porque somos seres sociales. Por ejemplo, una madre o padre que no se acepta, ¿cómo puede trasmitir a su hijo/a aceptación?
Esto también está relacionado con el autocuidado que no es posible si no hemos recibido cuidado. Todo auto tiene que ser antes inter.
(Foto: Cortesía de Caroline Veronez)