Normalmente cuando sufrimos alguna pérdida (de un ser querido, un trabajo, una etapa de la vida, la salud o alguna capacidad), se pone en marcha un proceso psicológico conocido como duelo, cuyo objetivo es procesar emocionalmente dicha pérdida, darle un sentido personal y generarnos espacio interno y disponibilidad para construir nuevos vínculos vitales.
A veces este proceso puede confundirse con la depresión y patologizarse innecesariamente. Por esto es importante que conozcamos las diferencias que hay entre los dos fenómenos, y de esta manera podamos acompañar los duelos y tratar las depresiones. De hecho, un duelo no transitado o vivido puede llevarnos a la depresión, pero nunca es sinónimo de esta.
En un duelo:
- Hay una pérdida o rechazo claramente identificable;
- La persona experimenta una sensación de vacío en su entorno;
- Los sentimientos de dolor no se experimentan todo el tiempo. Se alternan con momentos de bienestar o estado de ánimo normal;
- Es un proceso normal y reparador, que requiere tiempo, respeto, escucha y acompañamiento.
En una depresión:
- Puede no haber un desencadenante claro;
- La persona experimenta una sensación de vacío interno;
- Los sentimientos de dolor se experimentan todo el tiempo, son crónicos, persistentes e incapacitantes;
- Es un proceso patológico, que bloquea la energía vital, el crecimiento y la realización personal. Suele necesitar tratamiento, escucha y ayuda profesional.
Si quieres saber más sobre la depresión, te invitamos a leer Posibles causas, prevención y tratamiento de la depresión y si tienes dudas sobre cualquier aspecto y cómo podríamos ayudarte, puedes escribirnos a info@gaztambide17.com.